El Milus del Nino

Mi hermano el Nino, estudió en Utu carpintería, pero trabajo siempre desde muy jovencito, trabajo en la carpintería del ñato Gallino, de donde nos contaba muchas anécdotas, con su picardía y agudo sentido del humor.

Nosotros éramos seis hermanos, papá albañil, Jorge y Nino los mayores, Elena y yo los menores.

Jorge y el Nino salieron a trabajar desde muy gurises, años de dictadura, donde nada fue fácil.

El Nino cuando cumplió sus 18 años, se inscribió para trabajar en la Represa de

Salto Grande, el sueño de todo trabajador con oficio en ese momento en Salto, y fue

llamado enseguida, se incorporó al encofrado.

El día que cobro su primer sueldo, fue hasta la joyería Beneditto, y compro dos

relojes, un conrnavin para Elena, y un Milus para mi, yo estaba en quinto de la

escuela, ese día me puse ese reloj y desde allí en mas me acompaña toda la vida.

hace un tiempo atrás estuve con una amiga de la adolescencia, mira mi muñeca

y me dice, Marce, no te puedo creer, seguís con el mismo reloj que usabas en la escuela...si el Milus, el Milus del Nino.

Siempre creo y digo que la vida ha sido muy generosa conmigo, me ha rodeado de

afectos y pasiones.

Mis pasiones mas importantes, La Fotografía, el Futbol, la cocina, mis plantas, la

música, la pesca, las aves, mi Frente Amplio,....y también los relojes.

Los relojes es una pasión que siempre tuve, tal vez adquirida por mi sentimiento por

ese viejo Milus, empecé a comprar relojes, y los fui poniendo sobre una repisa, hasta

tener 19 relojes en mi colección, desde Perú me traje una caja de madera para

darles orden y ponerlos allí.

Son todos hermosos ejemplares, muchos antiguos, otros no, con su malla haciendo

juego, pero hay un rey entre ellos, es el Milus del Nino.... y les voy a hacer una confesión muy íntima, soy ateo en cuanto a religión y dios

alguno, pero cuando la vida me enfrenta a algún reto importante, dar un examen

época del liceo, mi cuadro Ferro jugando una final o partido importante, alguna

entrevista por algún proyecto, siempre fui con el Milus por cábala o por atracción a

la suerte, una vez Ferro jugaba una final y ya dentro del estadio, me di cuenta, no

tenía el reloj y me fui a casa a buscarlo, no podía afrontar eso sin el. Ese reloj es el fruto del trabajo duro de un muchacho adolescente que trabajando la

madera como un artista, dejando su sudor, tiene ese acto de amor con su primer

sueldo, dar...siempre dar. El reloj es una maquinita de marcarnos el tiempo, la fotografía es una técnica de congelarnos el tiempo, tal vez entre ellos hay un romance invisible, indescriptible que me atrapa.

Querido hermano hoy ya no estas y estas siempre, cuando te nombro me sonrío y lloro y lloro y me sonrío, GRACIAS por estar siempre y seguiré girando la cuerda del reloj inexorablemente, porque siempre ha estado y está conmigo el Milus del Nino.